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Nevado Huaytapallana

  • Foto del escritor: Caleb Quintana Castillo
    Caleb Quintana Castillo
  • 27 nov
  • 2 Min. de lectura

El Nevado Huaytapallana, ubicado en la cordillera del mismo nombre a solo 35 km de la ciudad de Huancayo, es uno de los guardianes naturales más importantes del Valle del Mantaro. Con una altitud que supera los 5,500 metros, este macizo glaciar ha sido, desde tiempos ancestrales, un símbolo espiritual, cultural y ecológico para las comunidades andinas.


Orígenes e historia ancestral


El nombre “Huaytapallana” proviene del quechua y significa “lugar donde se recogen flores”, aunque también es interpretado como “altar de flores”. Para las culturas prehispánicas, este nevado era una huaca sagrada: un espacio donde la energía de los Apus protegía a los habitantes y aseguraba la fertilidad de la tierra. Ritualidades como ofrendas, pagos a la Pachamama y peregrinaciones continúan hasta hoy, manteniendo viva la herencia espiritual de los Wankas.


Durante el período colonial y republicano, el Huaytapallana siguió siendo un referente geográfico clave. Viajeros, cronistas y expediciones científicas lo describieron como una de las montañas más majestuosas del centro del Perú, destacando sus impresionantes glaciares y sus lagunas de tonos turquesas.


Importancia natural y ambiental


El Huaytapallana forma parte de un Área de Conservación Regional debido a su biodiversidad única y a su rol como fuente hídrica. De sus nieves y lagunas nacen ríos que abastecen a gran parte del Valle del Mantaro. Sin embargo, el nevado enfrenta un rápido retroceso glaciar producto del cambio climático, lo que ha impulsado diversos esfuerzos de protección ambiental, educación ecológica y turismo responsable.


Un destino turístico imprescindible


Hoy, el Huaytapallana es uno de los destinos de montaña más visitados del centro del país. Su ruta de trekking, que inicia en el paraje de Virgen de las Nieves, permite a los visitantes recorrer paisajes de puna, lagunas cristalinas y paredes nevadas que parecen tocar el cielo. Es un espacio ideal para amantes de la aventura, fotógrafos, montañistas y viajeros que buscan una conexión espiritual con la naturaleza.


Visitar el Huaytapallana es una experiencia transformadora: caminar por sus laderas, sentir la energía del Apu y contemplar su inmensidad invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y la importancia de preservarla.



 
 
 

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